Olvido…De hilo blanco de 10&10 Danza-Narváez Arróspide y Runde en Cuarta Pared dentro del Festival Madrid en Danza

…y el agua estancada, sin correr rio abajo…
Las últimas palabras que oí de mi madre fue un susurro que me hizo al oído desde la cama, señalando la pared de enfrente, me dijo…»Mira como suben las cucarachas por la pared»…Yo la miré perplejo y le sonreí…
…y los pájaros revoloteando en la cabeza…
La última vez que vi sonreír a mi madre, antes de que se le nublara la cabeza, fue cuando tendía la ropa en el callejón de la calle Carril de Mira…
…y los perros ladran al amanecer y al anochecer…
La última vez que vi a mi madre acariciar a mi perrita blanca fue en junio pasado…¿de este año?…
…y los pasos siguen oyéndose entre las piedras de la calle…

El arte tiene la obligación de llevarnos a lugares personales, soñados, temidos…ha de empujarnos o llevarnos de la mano por espacios imposibles, físicos y mentales… Ha de hacernos entender, mientras la cabeza y la memoria lo permitan, que todo es cíclico, que unos cuerpos suspendidos en un rincón pueden atravesar muros para encontrar la desnudez y la placidez del final. Y que los seres humanos estamos muchas veces perdidos en un metro cuadrado, con la sensación de llevar a cuestas el pasado que aplasta nuestras manos cuando intentan tener apoyo en el suelo. La danza contemporánea es una isla donde el lenguaje se reinventa a cada paso, a cada salto…Y su abstracción y sugerencia ha de permitir que pintemos nuestros paisaje personal que ojalá tenga que ver con el que soñaron los creadores. Mónica e Inés han elaborado un maravilloso tejido de pesadilla y desmemoria con bolillos antiguos.
Adolfo Simón