Revista digital de Artes escénicas -Año 9º-

Escenarios de ensoñación

Cada vez hay mayor experimentación en la escena. Los límites no solo se han roto en cuanto a la relación teatro y público. Lo más novedoso se da en la participación de los espectadores en lo que se ha venido a llamar: Teatro inmersivo. Ya no siempre hay que sentarse en una butaca frente a la ficción. Ahora, la ficción puede estar dentro, arriba, abajo…este fin de semana pasado ha habido dos propuestas que han transitado por otras fórmulas dramáticas.
Dentro de la celebración de los 25 años del Teatro de la Abadía, hemos vivido la experiencia Radiosiesta. Si, no es que se fomenta dormirse en el patio de butacas con una obra aburrida, no, es una propuesta dentro de «Sonora» en la que se nos invitaba a ponernos cómodos, cerrar los ojos y escuchar una narración a través de unos auriculares…y si el sueño llegaba, no había problema.
Y en Teatro Pradillo, en paralelo a las funciones de Mis manos, las de mi madre…disfrutamos de una sesión pedagógica cuyo título fue MIS MANOS. LAS TUYAS de la mano de Adela Bravo, experimentando con materiales y destrezas. Allí, un grupo de inquietos participantes, en la oscuridad de la sala, iban desgranando historias a partir de objetos personales.
Dos vivencias distintas para seguir alimentando la imaginación.
Adolfo Simón

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